Perejil, menta, romero, orégano, cilantro, tomillo… todo fresco y natural, todo al alcance de la mano y todo dentro de la casa, es más, dentro de la propia cocina. A diferencia de lo que muchos creen, formar una mini huerta no requiere de grandes espacios ni de mucho conocimiento. Más bien es necesaria la determinación de hacerlo, 4 a 5 horas mínimo de sol al día y escoger bien las especies, porque existe una gran variedad de plantas con usos culinarios que podemos cultivar en la cocina. Las más populares y prácticas son las aromáticas, ya que son perfectas por su tamaño pequeño, son grandes aliadas a la hora de cocinar y porque son resistentes y decorativas.
Cualquier rincón es potencialmente capaz de albergar un pequeño huerto, sólo hay que mirar con otros ojos los espacios de nuestra cocina. Unos lindos maceteros en repisas junto a la ventana o enuna pared soleada, colgar las plantas desde el techo, incluso boca abajo, sacarle partido a una solitaria esquina, todo es posible, el límite lo pone el ingenio y la habilidad para las manualidades. Pero tranquilos, para los menos habilidosos también hay opciones, como los jardines verticales modulares y prefabricados.
Y para que la experiencia resulte exitosa, es importante, además de las horas de sol mínimas, evitar las corrientes de aire, las fuentes de calor extra (como radiadores y electrodomésticos) y utilizar productos aptos para el cultivo interior y espacios reducidos. La idea es pensar en pequeño grandes ideas que llenarán de aroma, color y bienestar nuestras cocinas.
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Nota: Sofía Aldunate
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