Abierto al mar

La playa da permiso para muchas cosas, entre ellas relajo, tranquilidad y contacto con la naturaleza. Tres conceptos perfectos para inspirarse a la hora de decorar un baño vecino al mar. La salvedad está en la vista, porque si de telón de fondo tenemos el mar azul o la playa, todo sobra. Es difícil que algo le haga la competencia. Ahora, si sólo se respira el aire marino, se siente pero no se ve, aquí van un par de buenos tips para revivir su imagen cada vez que entremos al baño.

Un baño playero está dado por el color y los materiales. Los tonos marinos por excelencia son el azul, celeste, turquesa y blancos los que se puede complementar con tonos terrosos y arena. Un buen recurso son las rayas blancas con azul, pero tampoco hay que descartar el rojo y amarillo, muy buenas opciones si queremos salir un poco de lo clásico. Luego hay que dejar entrar la naturaleza y abrirle la puerta a las flores y plantas, a los materiales naturales como toallas de algodón y canastos de mimbre. Mejor aún si las toallas están dentro de los canastos.

Cordeles, rafia, arpillera, conchitas, remos, una tabla de surf (si el baño es grande), frascos con arena y velas, trozos de madera y piedras recogidas de la playa, todo sirve como buen complemento. Una gran idea es tener dentro del baño un lugar donde poder enjuagar los trajes de baño con arena antes de lavarlos. Un rincón con una linda palangana para este propósito puede resultar perfecto.